Valores de marca

PRINCIPIOS DE BRANDING

Valores de Marca:
¿Qué son y realmente importan?

¿O son solo un montón de palabras de moda?

Cuando se trata de construir una marca exitosa y perdurable, necesitamos más que un logo memorable o un lema pegajoso.

Los valores de marca son la piedra angular de la identidad de tu marca y desempeñan un papel vital en dar forma a cómo tu audiencia te percibe.

En este artículo, exploraremos qué son los valores de marca, por qué son importantes, los beneficios que aportan y cómo puedes crear tu propio conjunto de valores de marca que sean únicos para ti y no solo palabrería.

Así que, toma tu sombrero de pensamiento (o una silla cómoda) porque nos sumergiremos en el intrigante mundo de los valores de marca.

Las organizaciones que son coherentes con sus valores son aquellas que han logrado persistencia en el tiempo, por ejemplo: las religiones, los ejércitos, ciertas universidades, y varias ONGs. En esta imagen vemos los valores que representan al US NAVY.

¿Qué son los Valores de Marca?

Los valores de marca, a menudo llamados valores de branding, son las creencias orientadoras que definen la identidad de una marca. Dan forma a la esencia de lo que representa tu marca y forman los principios fundamentales, morales y éticos que impulsan tu negocio. Estos valores influyen en todos los aspectos de una marca, desde la identidad verbal y visual hasta los productos que ofreces, pasando por la forma en que contestas el teléfono o respondes a un correo electrónico.

Piensa en los valores de marca como la brújula moral o la base de tu negocio. Si eres un aficionado a la ciencia ficción, piensa en ellos como tu versión del Código Jedi. Deben alinearse con la misión de tu marca y reflejar las creencias que aprecias.

Por ejemplo, si tu marca se mueve en el territorio de la sostenibilidad y ser respetuosa con el medio ambiente, tus valores pueden incluir responsabilidad ambiental, innovación y participación comunitaria.

¿Son importantes los Valores de Marca?

¡Absolutamente! Los valores de marca son cruciales por varias razones:

Autenticidad

En un mundo donde los consumidores están bombardeados con mensajes publicitarios y de marca, la autenticidad destaca. Los valores de marca demuestran tu compromiso con la misión de tu marca y cuando tus acciones se alinean con estos valores, se construye confianza y lealtad con tu audiencia.

Diferenciación

Tus valores de marca te distinguen de la competencia. Te ayudan a crear una identidad única en el mercado. Si tus valores resuenan con tu audiencia objetivo, es más probable que elijan tu marca sobre otras.

Compromiso del empleado

Los valores de marca no son solo para el consumo externo. También juegan un papel importante en la cultura de tu empresa. Cuando tu equipo cree y viva estos valores, fomenta un sentido de pertenencia y propósito, lo que puede llevar a una mayor satisfacción y productividad de los empleados.

Consistencia

Los valores de marca proporcionan un marco para la toma de decisiones coherentes. Guían todo, desde campañas de marketing hasta el desarrollo de productos. Esta coherencia refuerza la identidad y el mensaje de tu marca, y actúa como un atajo para tomar decisiones.

Los beneficios

de tener Valores de Marca

Contar con valores de marca bien definidos puede aportar una multitud de beneficios a tu negocio:

Generar confianza

Cuando tus acciones se alinean con tus valores, se crea confianza con tu audiencia. Saben qué esperar de tu marca, y esta confiabilidad fomenta la lealtad.

Atraer a la audiencia correcta

Los valores de marca ayudan a atraer a clientes con ideas afines que comparten tus creencias y principios. Esto conduce a una base de clientes más comprometida y leal.

Alineación del empleado

Valores claramente definidos guían a tu equipo en su trabajo diario. Esta alineación puede conducir a una fuerza laboral más feliz y motivada.

Gestión de crisis

En tiempos de crisis, los valores de marca pueden servir como una brújula para la toma de decisiones. Te ayudan a enfrentar desafíos mientras te mantienes fiel a tus principios fundamentales.

Éxito a largo plazo

Las marcas con valores sólidos tienden a tener una mayor longevidad. Resistirán los cambios y las tendencias del mercado, permitiéndoles pivotar cuando sea necesario porque sus valores permanecen constantes.

Cómo crear tus Valores de Marca

Crear valores de marca es un proceso reflexivo que implica comprender el propósito de tu marca y lo que representa. Aquí tienes una guía paso a paso para ayudarte a definir tus valores de marca:

1. Comienza con tu Propósito

Tu declaración de misión debe reflejar por qué existe tu marca. A menudo contiene las semillas de tus valores. Identifica los temas clave y las creencias dentro de tu misión.

2. Identifica Creencias Centrales

Piensa en los principios y creencias que son innegociables para tu empresa. Pueden estar relacionados con la ética, la calidad, el servicio al cliente o cualquier área central para tu marca.

3. Consulta a tu equipo

Involucra a tu equipo en el proceso. Ellos están en primera línea y pueden tener percepciones valiosas sobre qué valores son más importantes para tu organización.

4. Investiga a tu audiencia

Comprende a tu público objetivo y qué valores resuenan con ellos. Alinear tus valores de marca con los de tus clientes ideales puede ser una estrategia poderosa, siempre y cuando sean auténticos para ti y la marca.

5. Mantenlo simple

Si bien es importante ser integral, también es crucial mantener tus valores concisos y fáciles de recordar. Apunta a un conjunto de entre 3 a 5 valores centrales.

6. Prueba y refina

Una vez que hayas establecido tus valores de marca, pruébalos en situaciones del mundo real. ¿Guían la toma de decisiones? ¿Resuenan con tu audiencia? Permanece abierto a refinarlos. Si algo no funciona del todo, pero sientes que es importante, quizás necesites hacer un poco más de introspección. Podría ser tan simple como ajustar una sola palabra o frase en tus valores. Por ejemplo, cambiar ‘accesible’ a ‘no seas un grosero’ transmite una sensación completamente diferente y tiene asociaciones muy diferentes que podrían alinearse mejor con tu marca.

La definición de los valores de un negocio (emprendimiento o empresa) es parte de un método establecido para fortalecer y potenciar una marca.

En conclusión, los valores de marca no son solo palabras de moda; son la base de una marca exitosa. Definen quién eres, atraen a la audiencia correcta y guían las acciones y decisiones de tu marca. Al crear valores de marca auténticos y significativos puedes diferenciar tu marca, construir confianza y preparar el escenario para el éxito a largo plazo.

Entonces, tómate el tiempo para reflexionar sobre lo que realmente representa tu marca y deja que tus valores sean la brújula que te guía hacia un futuro más brillante.

Siempre es útil tener a alguien que te guíe en este proceso. Así que, si estás listo para redefinir tu marca a través de valores poderosos, te dejamos un enlace de contacto, y embarquémonos juntos en este viaje de descubrimiento de marca.

Quiero definir mis valores

4 estrategias de marca personal

4 estrategias de marca personal


Si eres un emprendedor, es probable que ya conozcas el valor de la marca personal. Tener una marca personal respetada abre las puertas a oportunidades como charlas, ofertas de libros, cobertura de los medios y más.

Cuando las personas están familiarizadas con tu marca personal, es más probable que te contraten y paguen más por tu tiempo. Además, tener una marca personal respetada abre las puertas a oportunidades como charlas, ofertas de libros, cobertura de los medios y más.

Una de las partes más importantes de la construcción de una marca personal influyente es establecerse como un experto. Muchos emprendedores son expertos por derecho propio, pero ser un experto es diferente a ser visto como un experto. En consecuencia, es posible que estés perdiendo clientes potenciales por alguien que en realidad no es tan conocedor o exitoso, pero que tiene una marca personal realmente excelente. En una economía donde el tiempo es dinero, los prospectos que no han trabajado antes contigo ven una gran marca personal como el primer (y más rápido) indicador de confianza. Por eso, aquí ofrecemos algunas sugerencias sobre cómo pensar en la construcción de tu marca personal.

«El 80% del éxito consiste en hacerse presente.»  Woody Allen

Conceptos básicos de marca personal

En primer lugar, hay algunas cosas muy básicas que debes tener en cuenta al construir una estrategia de marca.

1. Para llamar la atención, tienes que salir con regularidad.

Este es bastante simple. Si te pones frente a la gente muchas veces y siempre brindas información confiable, irás construyendo una buena reputación. Ya sea como parte de paneles de discusión, dando conferencias como invitado en clases universitarias, hablando en conferencias, dando entrevistas de prensa u ofreciendo información en Twitter, debes exponerte lo suficiente como para que la gente comience a reconocer tu nombre y lo que tienes que ofrecer.

2. Prensa no equivale a autoridad. Eres tan útil como tu audiencia considere que lo eres.

La mayoría de la gente tiende a pensar en la marca personal como la tarea de estar en el ciclo de noticias o hablar en tantos lugares como sea posible. La visibilidad y la relevancia cultural definitivamente ayudan, pero no son los aspectos más importantes de la marca personal. Esto se debe a que, por muy contradictorio que parezca, la marca personal no debería tratarse de ti, sino de tu audiencia. Después de todo, no puedes decidir si eres una autoridad. Ese es el trabajo de tu audiencia. Cuando escuchas a los publicistas hablar sobre lo importante que es estar activo en los medios y aportar ideas, la mayoría de los emprendedores piensan que las apariciones en la prensa aportan la misma autoridad. Pero realmente, estar en la prensa solo da una impresión de autoridad. El tipo de prensa adecuado, en el que se ofrecen ideas verdaderamente interesantes a una audiencia comprometida, es lo que ofrece una autoridad genuina.

3. Las interacciones privadas importan tanto como las relaciones públicas.

La marca personal tiene mucho que ver con tu personalidad pública y con qué nivel de experto te perciben las personas. Pero también se trata de lo bueno que eres al trabajar con los clientes a diario y de lo bien que retienes negocios. Conseguir la prensa es solo una parte del proceso general de marca personal.

4 pasos para construir tu marca personal

Teniendo en cuenta esos fundamentos, aquí hay cuatro sugerencias prácticas de marca personal.

1. Mantén un sitio web personal sólido.

Aunque los emprendedores suelen buscar relaciones públicas, publicaciones de invitados y otros recursos similares para mejorar sus marcas personales, a menudo se olvidan de uno de los únicos activos digitales que realmente poseen: ¡sus propios sitios web!

Claro, puede ser increíble que un aporte que has escrito aparezca como el primer enlace en Google cuando alguien busca tu nombre, pero lo que es aún mejor es un enlace a tu página con todas tus funciones de prensa, servicios, trabajos, testimonios y más. Al tener un sitio personal puedes convertir tu presencia digital en algo más que un atractivo visual, le estás dando a la gente la oportunidad de dialogar realmente contigo. Además, si aún no escribes para una publicación comercial, ¡puedes crear un blog directamente en tu sitio web! Con herramientas como WordPress, puedes tenerlo listo en poco tiempo, y con el tipo correcto de contenido y estrategia de blog puedes hacer varias cosas:

• Gana seguidores comunicando ideas interesantes.

• Aprovecha el blog como un mecanismo de generación de oportunidades para obtener más exposición en línea y cerrar más clientes.

• Desarrolla credibilidad como líder intelectual.

Definitivamente se necesita tiempo para que un sitio personal funcione a tu favor, especialmente si tienes un nombre común, pero paga dividendos con el tiempo, si se usa correctamente.

2. Twitter, úsalo para interactuar con la prensa.

Si bien es cierto que los periodistas y colaboradores reciben cientos de correos electrónicos de publicistas y empresarios, ciertamente se toman el tiempo para leer todos los argumentos interesantes. Además, a los escritores les encanta trabajar con la misma gente una y otra vez, lo que significa que si sugeriste una gran historia una vez o conectaste al escritor con una fuente que necesitaba, eso puede ayudarte una y otra vez. Así es como recomendaría comenzar esa relación.

Primero, ten en cuenta que no tienes oportunidades ilimitadas para lanzar, así que haz que cada una cuente. El correo electrónico ciertamente funciona como un canal para hacer presentaciones, pero recomiendo ingresar a Twitter y seguir a los escritores que cubren tu área de interés. A menudo, los escritores emiten «solicitudes de fuentes», que son llamadas para conversar con personas que se ajustan a las historias que buscan escribir. Suponiendo que has estado interactuando con sus publicaciones, esta es una excelente manera de presentar tu historia a los escritores. E incluso si tu historia no encaja, presentarle a alguien que podría encajar mejor puede ayudar al periodista a ahorrar un tiempo valioso.

Proporciona valor primero y todo volverá a ti cuando necesites algo.

Demuestra tu conocimiento compartiendo información valiosa con tu público.

3. Publica tus historias

Aunque es importante aprovechar los activos que realmente posees (como sitios personales y listas de correo electrónico), a menudo puede ser aún más útil aprovechar las plataformas existentes con audiencias integradas. Un gran ejemplo de ello es contribuir a publicaciones comerciales conocidas o incluso blogs comerciales más pequeños.

Podrías pensar que tienes que dirigir una empresa excepcionalmente exitosa para que se te considere como escritor para estas publicaciones. En realidad, ese no es el caso. Todo se reduce a contar historias; si tienes una historia interesante y llena de valor que contar, lo más probable es que tengas la oportunidad de escribir para estas publicaciones.

Es posible que tu blog personal aún no tenga muchos suscriptores, pero estas otras publicaciones ciertamente sí. Naturalmente, es más probable que las personas que disfrutan de tu escritura te busquen o se interesen en tu ayuda con un tema sobre el que hayas escrito.

4. La marca personal se trata en un 80 por ciento cómo trabajas con los clientes, no de marketing.

Cuando hablamos de marca personal, hablamos de difundir el mensaje de que eres confiable … a gran escala. Pero antes de hacer algo a gran escala, debes poder hacerlo bien con moderación.

Demasiados emprendedores ignoran su propia base de clientes en busca de adquirir nuevos clientes. Esa no es una forma de hacer negocios porque, por un lado, los clientes existentes son una fuente increíble de testimonios y referencias a nuevos clientes. No es de extrañar que el 80 por ciento de los ingresos futuros de tu empresa provengan de solo el 20 por ciento de tus clientes existentes, según Gartner.

En conjunto, mantener el enfoque en la retención de clientes ayudará a construir una sólida reputación para ti y tu empresa. Al hacerlo, te reconocerán como un proveedor de servicios creíble en lugar de un oportunista que busca publicidad.

Estas son algunas recomendaciones útiles para empezar a trabajar en tu marca personal. Siempre debes tener presente que esta tarea exige de un compromiso y que tiene una proyección a largo plazo. Una marca personal debe durar el mismo tiempo, o más, que tu carrera profesional, y debe mantenerse actualizada y vigente durante todo ese tiempo, así que no se trata de una carrera de velocidad, si no de una caminata de resistencia.


Niveles de relación entre cliente y producto

ELEMENTOS DE MARKETING

Niveles de
relación

Al ritmo que el mercado desarrolla una mayor conciencia de su lugar en la cadena de valor, se vuelve cada vez más exigente, lo que plantea nuevos retos para los negocios y las marcas. ¿Cómo ganar la preferencia y la fidelidad de usuarios cada vez más exigentes?


La respuesta más corta es lograr un vínculo emocional entre los consumidores y nuestro producto. Algo que se dice fácil pero ¿qué implica?

La respuesta tiene muchos matices y vale la pena analizarla.

La mejor forma de empatizar con una persona es a través de las cosas que tenemos en común. Al final, nuestros clientes son personas, no son números ni estadísticas. Si una persona se acerca a nuestro producto es porque solucionamos una necesidad inmediata o porque percibió algo con lo que se sintió identificada. Esta ‘identificación’ es la forma de acercamiento más duradera, porque si resolvemos una necesidad inmediata, una vez resuelta esa necesidad, la relación termina y la siguiente vez puede elegir otra solución aunque sea por curiosidad, pero si logramos establecer un vínculo de identificación, la siguiente vez nos buscará directamente cuando nos necesite. 

La relación entre el cliente y nuestro producto puede suceder a 3 niveles: sensorial, racional y emocional.

El nivel sensorial

Corresponde a cualquier característica percibida por los sentidos, e incluye sabores, aromas, texturas, sonidos y colores, en fin, características físicas y superficiales que finalmente pueden ser copiadas por la competencia. Un buen ejemplo son las botellas de agua embotellada para consumo individual, que inicialmente resultaban novedosas y atractivas por su ergonomía, por sus texturas, por sus efectos ópticos, algo que la mayoría de marcas de agua se copian entre sí, pues finalmente el agua es el mismo producto en todos los casos.

 

En este nivel de percepción, el diseño cumple su función más importante, sobre todo en productos nuevos, desconocidos o en nuevas categorías que aún no son conocidas o relevantes para los consumidores. Esto es muy importante pues el espacio para ganar la atención del consumidor en percha es de unos pocos segundos –entre 5 y 25 segundos según diferentes estudios–, esto es un equivalente al amor a primera vista, entonces hacen falta características más profundas para saber si fue una atracción momentánea o si se va a establecer una relación duradera.

El nivel racional

Generalmente corresponde a productos que necesitan más tiempo de decisión, no necesariamente son productos de percha, más bien suelen ser productos de uso práctico y cotidiano pero que no llegan al nivel de marcas, están al nivel de commodities o mercancías. Desde herramientas, hasta alimentos básicos, pasando por cierto tipo de indumentaria y material de trabajo, en estos productos se valoran atributos como la practicidad, la asequibilidad y la accesibilidad.

Estos son los productos en los que pensamos lograr una buena relación costo-beneficio. El precio es importante, es importante la garantía y la posibilidad de un buen servicio posventa. Un ejemplo interesante es el carro que la mayoría elige, no porque sea su preferido, el que sueñan conducir, en el que desearían que la gente los vea pasar, si no porque es el que pueden pagar, el que tiene repuestos disponibles y que puede revenderse bien.

Nivel emocional

Este es el nivel al que todo producto o servicio debe aspirar. Todas las grandes marcas conectan en este nivel. Si bien es cierto que lo sensorial puede atraer nuestra atención en la percha, nada le gana a la conexión emocional entre un cliente y su marca favorita, porque al momento de elegir quedan pocas dudas. Este nivel de relación es tan poderoso que elimina las barreras de precio, accesibilidad y comodidad.

Hay tanto ejemplos de relación emocional como hay marcas exitosas, generalmente con productos que pueden provocar largas filas de gente tratando de conseguir un ejemplar, sin importar el precio o la incomodidad.

El vínculo emocional incluye el nivel sensorial y el racional, y luego va mucho más allá. Es necesario el primer contacto, la primera prueba, el enamoramiento de los sentidos para atraer al consumidor y lograr la compra, luego debemos solucionar efectivamente su problema, su necesidad, su antojo, para finalmente acercarnos a sus emociones. Únicamente cuando sus necesidades básicas estén resueltas, las personas nos abrirán un espacio para poder vincularnos emocionalmente, sobre todo porque saben que es un proceso comercial, y porque existe la sospecha implícita que los productos dirán cualquier cosa con tal de vender.

Para despertar sus emociones es necesario saber a quién hablaremos y convertirnos en la mejor opción para esas personas, es decir, debemos ser una solución efectiva a su problema o su necesidad (la relación racional), pero para llegar a ese punto previamente debimos atraerlos con nuestra belleza, con nuestro glamour, con nuestra imagen y presencia (la relación sensorial). Ahora viene lo bueno. Igual que para construir una amistad o una relación duradera debemos partir de la honestidad, mostrarnos tal cual somos y esperar que eso le guste a nuestro objeto del deseo (o público objetivo).

Cuando tu empresa se muestra transparente, tal cómo es. ¿Cómo reaccionan tus clientes?

Pasa mucho con las empresas que se presentan como «la mejor» en su área –la más avanzada, la más detallista, la más servicial– hasta que compras su producto y tienes tu primera duda o el primer reclamo, entonces debes pasar por la tortura del call center infinito o, peor aún, del número de pago 1700, o simplemente tienes que ir en persona a resolver tu problema y terminas pagando por algo que debía ser parte del servicio desde el principio. En estos casos, la decepción, la frustración, la desconfianza son las emociones que relacionaremos con esas marcas. «Se presume de lo que se carece», decía mi abuela.

Por otra parte, cuando la marca cumple con su promesa, y el producto es todo lo que esperábamos, entonces el ciclo se cumple y desarrollamos esas emociones que afianzarán nuestra relación a largo plazo. La confianza, la satisfacción, el respeto, incluso la pertenencia serán las emociones de los clientes satisfechos con nuestros productos. Es lo que lleva a las personas a formas tribus de fanáticos alrededor de un producto, como pasa con los clubes de motociclistas de determinada marca, y en algunos casos extremos, a tatuarse el logotipo de su producto favorito para que todo el mundo lo vea.

Para conectar emocionalmente con su gente las marcas deben vivir sus principios y sus valores, ya la gente verá si los comparte o no. Hay que considerar a los principios y valores como las guías de comportamiento de la empresa, lo que va mucho más allá de solo tenerlos enmarcados en la pared de la oficina, mientras la conducta de la empresa se guía por ventas y ganancias. La clave es «vivir» según esos principios y valores, desde el más humilde de los empleados, hasta el más poderoso de los directivos.

Adn Montalvo Estrada


Las reglas del brainstorming

Las reglas del brainstorming

La creatividad no es un talento exclusivo de escritores o artistas, es una cualidad innata y natural en el ser humano, unos con más intensidad que otros, pero omnipresente. Cuando una persona le dedica mucho tiempo a tareas repetitivas o predefinidas, el «músculo» de la creatividad puede debilitarse.

Por otra parte, involucrar de forma activa a la empresa en el proceso creativo facilita la comunicación y puede potenciar la apropiación del resultado. Este es el resultado que esperamos.

SU CREADOR

Para incentivar la creatividad en un ambiente de negocios, el brainstorming es una herramienta ideal, como lo descubrió Alex F. Osborn alrededor de 1920.

Desde entonces se sigue aplicando de forma muy efectiva en los ámbitos donde la creatividad es necesaria. Para funcionar necesita, por sobre todo, de un guía capacitado, y luego aplicar las siguientes reglas básicas:

  1. El grupo no debe ser muy numeroso. De diez a doce personas como máximo.

  2. Anulamos el pensamiento crítico. Como si estuviéramos disfrutando una película.

  3. Toda idea debe contarse con total libertad y atención.

  4. La combinación de ideas es una posibilidad.

  5. El ambiente debe propiciar la chispa creativa y permitir la concentración.

  6. El tema y el objetivo de la sesión se deben establecer al inicio de la sesión.

  7. Sesión de precalentamiento con problemas triviales.

  8. El moderador debe marcar el rumbo a seguir.

  9. Solo una exposición a la vez, para una sola idea.

  10. Si alguna idea genera suficiente interés puede ser ampliada como tema.

  11. Puede durar 45 minutos, pero no debe detenerse en plena efervescencia.

  12. Cada idea debe ser numerada y anota por un secretario.

  13. En determinado momento, se puede hace un resumen para concluir una ruta o agotarla y pasar a otro tema o empezar otra ruta.

  14. Al final catalogamos las ideas en ‘válidas’, ‘útiles’ y ‘archivadas’


3 formas de contar tu historia

3 formas de contar tu historia

Un diagrama de Venn para las marcas

Llamar la atención

Una marca no quiere atención, una marca quiere ingresos. Una marca obtiene ingresos vendiendo su producto, pero para vender su producto y obtener ingresos la marca, primero, debe lograr que la gente preste atención a ese producto.

Así que cada marca debe estar en el negocio de llamar la atención, lo quiera o no. Al final del día, todo es PR (Public Relations).

La mejor forma de llamar la atención

La mejor forma de llamar la atención es contar historias. Las marcas deben saberlo bien, porque una marca es una historia en sí misma.

Solo hay dos formas de contar estas historias: puedes hacer que otros cuenten tu historia o puedes contarla tú mismo.

 1.

Lograr que otros cuenten tu historia

Las marcas no crean historias, hacen productos. Entonces, para hacer historias, necesitan encontrar un narrador.

Cuando una marca encuentra a ese narrador, el narrador quiere contar la historia de la marca a la manera del narrador. Ese es el desafío.

Audiencia grande y alquilada: el narrador puede llegar a una gran audiencia porque el narrador cuenta historias que la audiencia quiere escuchar. La marca alquila la audiencia.

Pero los narradores tienen una gran audiencia y esa es la oportunidad. Los narradores llegan a grandes audiencias porque el narrador cuenta historias que su audiencia quiere escuchar. Para la audiencia, esas historias son oportunas, relevantes o interesantes. La audiencia siente que el narrador comprende sus necesidades.

Entre la audiencia y el narrador hay confianza, que es la base de cualquier buena relación.

Lo que significa que cuando logras que otros cuenten tu historia estás alquilando la confianza de tu audiencia.

 2.

Contar tu propia historia

Cuando le cuentas tu historia a otros, tienes el control de esa historia, pero llegas a una audiencia más pequeña. Llegas a una audiencia más pequeña porque la historia trata sobre ti. En lugar de comprender a la audiencia, les estás pidiendo que te comprendan.

Lamentablemente para nuestros propósitos, pero afortunadamente para los humanos en general, hay menos personas que se preocupan por ti que personas que se preocupan por sí mismas.

Ese es un desafío.

Otro desafío es que las marcas, a pesar de ser historias en sí mismas, no son muy buenas para contar más historias. Una marca es buena en productos o en servicios o en cualquier parte del proceso central, la aproximación y el seguimiento suelen ser debilidades. Pero la línea de producción de una historia rara vez se mueve a la velocidad de una línea de producción de un producto o una reunión, o tiene los mismos incentivos.

La bonificación de nadie está ligada a hacer historias.

Audiencia pequeña y dedicada: la marca llega a una audiencia pequeña (pero dedicada) al contar historias sobre sí misma. La marca es dueña de la audiencia.

Dicho todo esto, cuando cuentas tu propia historia, creas confianza en tu audiencia más pequeña.

Esa es la oportunidad.

La confianza a lo largo del tiempo equivale a una audiencia creciente. Pero, por supuesto, no hay confianza sin coherencia.

 3.

La tercera forma

A pesar del engañoso título de esta publicación, en realidad hay una tercera forma de contar tu historia, y no es contar tu historia en absoluto.

La tercera forma es contarle a la audiencia una historia sobre ellos mismos.

Es decir, contar una historia sobre un tema aspiracional que existe entre tú y tu audiencia y que nace del interés mutuo. Así es, por ejemplo, cómo funciona Vanity Fair y funciona WIRED, y cualquier publicación que leas.

Los editores son expertos en celebridades o tecnología (o lo que sea) y cuentan historias sobre celebridades o tecnología (o lo que sea) a una audiencia que ya está interesada en esos temas. Para los editores, los temas son una expresión de su experiencia. Para la audiencia, los temas son una expresión de sus aspiraciones. Las marcas, probablemente ya lo sepas, también lo hacen.

GE está en el negocio de varias industrias y GE Reports cubre el futuro de la innovación en esas industrias.

Autodesk en el negocio del software 3D y Redshift de AutoDesk cubre el futuro de la construcción creativa.

Google está en el negocio de la venta de información y Think Quarterly de Google cubre el futuro del marketing.

Los editores y su audiencia forman un diagrama de Venn.

En el medio están los temas que tienen en común.

Público grande y con aspiraciones: la marca puede llegar a un público más amplio si cuenta historias con aspiraciones sobre un interés mutuo, posicionándose así como ese Ozymandias de las cosas, el «líder de pensamiento».

Curiosamente, es posible que hayas notado que Facebook, Instagram y Google y cualquier cosa que se personalice según sus intereses también funciona así. Todos son expertos en contarte historias que probablemente te interesen. Es decir, presta atención a las historias que la gente quiere escuchar. Hay dinero en ese camino.

Y basta de reuniones. A nadie le gustan.


Cómo construir tu comunidad en línea

Cómo construir tu comunidad en línea

Desde grupos de Facebook y seguidores de Instagram hasta blogs y foros de la vieja escuela, aquí algunos consejos básicos para construir y nutrir tu comunidad en línea.

En estos días existe una gran coincidencia entre una comunidad y una base de clientes, gracias a las maravillas de las ventas en línea y las redes sociales. Las personas que compran productos, dejan reseñas y se recomiendan para conformar una gran comunidad en varios canales. No solo son un grupo brillante con excelente gusto (por supuesto) sino que también pueden ser embajadores de marca increíblemente valiosos.

Con una pizca de creatividad y planificación, incluso las empresas más pequeñas pueden tener una comunidad en línea activa y comprometida. Aquí hay 5 pasos para hacer crecer tu jardín en línea.

1. Establece metas realistas

Crear una comunidad vibrante no sucede de la noche a la mañana. Debes pensar en tu comunidad como un proyecto a largo plazo con objetivos establecidos por tu propia empresa. Cada vez que respondes un comentario o publicas una imagen, agregas otro ladrillo a tu casa club virtual. No hace falta entregarse en vida, por supuesto, intenta con un enfoque ‘de-vez-en-cuando’, revisa todos los días y pasa de 5 a 10 minutos respondiendo cualquier pregunta o comentario.

2. Configura tus espacios comunitarios

Para mantener las cosas sostenibles, es importante crear tu comunidad en línea en una plataforma que se adapte a tu propio estilo y forma de hacer negocios. Facebook es ideal para encontrar nuevas audiencias: su gran cantidad de miembros y el mecanismo fácil de compartir significa que sus publicaciones pueden llegar a muchas personas. Instagram es excelente para marcas artísticas o de lujo o para marcas que le dan más importancia al contenido visual. Y Twitter es ideal para publicar titulares, si usas ingenio, perspicacia y conocimiento para involucrar a las personas.

Asegúrate de que todos los espacios de tu comunidad incluyan un enlace destacado o una sección informativa que indique tu presencia principal en línea, ya sea tu propio sitio web, tienda en línea u otro canal social. De esta forma, no solo es fácil hacer una compra, los clientes también tienen la opción de elegir los canales para mantenerse en contacto.

3. Sé reconocible

Si trabajas en varias plataformas, digamos Twitter, Behance y Facebook, piensa en cómo mantendrás las cosas consistentes en todas ellas. ¿Tendrás un canal principal que publique automáticamente el mismo contenido en otro lugar? ¿O mantendrás múltiples cuentas funcionando y las usarás para vincularse entre sí?

Cualquiera que sea el sitio o la aplicación que elijas, usa un nombre de cuenta que coincida con el nombre de tu marca o tienda, y mantén las cosas visualmente consistentes personalizando siempre que sea posible tus colores y gráficos exclusivos. También deben combinarse con el diseño de tus tarjetas de visita y otras herramientas de marketing fuera de línea como postales o stickers.

4. Reúne ideas

Las grandes corporaciones gastan mucho dinero en datos e investigan las preferencias de sus clientes. Como una pequeña empresa, puedes descubrir lo que tus clientes piensan y sienten sobre tu producto utilizando las herramientas que ya tienes: ojos y oídos. ¡Esa es la belleza de ser una empresa a pequeña escala!

Tus clientes saben lo que quieren y lo que les gusta, entonces, ¿por qué no preguntarles qué piensan de tus productos y si tienen alguna sugerencia para mejorarlos? Ellos son los que utilizan tus productos y servicios, por lo que sus consejos y opiniones son invaluables. Y cuando te dan retroalimentación, asegúrate de responder.

Por supuesto, ser un poco más pequeño no significa que no puedas usar datos también. La mayoría de las principales plataformas de publicación web y redes sociales tienen herramientas integradas de datos y análisis. Estos pueden proporcionarte métricas útiles como recuentos de visitantes y un desglose de tus páginas más populares. Dependiendo del tipo de cuenta que tengas, también podrás acceder al análisis de datos a un nivel más profundo sobre cómo las personas interactúan con tu marca.

5. Sé el mejor miembro de tu propia comunidad

Si alguien hace una pregunta en una publicación de Instagram o en Twitter, responde tan pronto como puedas. La comunidad está construida a tu alrededor, así que asegúrate de estar disponible y participando activamente.

No esperes solo las preguntas: un comentario amistoso o un agradecimiento a tus clientes será apreciado. Lo mismo ocurre con las actualizaciones, consejos y tutorales para sacar el mayor provecho de tus productos.

https://blog.moo.com/business-tips/how-to-build-your-online-community


Definiendo la estrategia

¿Para qué sirve la estrategia?

Cuando el departamento de marketing no tenía más remedio que pagar miles de dólares cada año por impresión, televisión u otras formas de publicidad convencional, tenía que discernir en qué medios invertir y por qué. Los buenos tenían una estrategia, el resto trataba con prueba-y-error.

En un mundo digital, sin embargo, parece que cada día hay otra oportunidad para expandir nuestro alcance de forma gratuita. Una nueva plataforma para probar, otro canal, otro espacio, “un lugar donde debemos tener presencia”. Y así invertimos tiempo (que por supuesto no es gratuito), ejecutando tácticas con la esperanza de generar ganancias que no hemos definido todavía claramente. Una estrategia debe existir antes de las tácticas.

Definiendo la estrategia

En los negocios existen palabras que están diseñadas para ayudar a entender mejor, articular y lograr nuestros objetivos. A menudo esas mismas palabras terminan haciendo exactamente lo contrario. «Estrategia» es una de esas palabras que nos puede enredar si le damos oportunidad.

Imagina que estás a la orilla de un río. El lugar al que quieres llegar, tu destino es el otro lado. No hay puente a la vista, ni forma obvia de cruzar. Puede haber otros en la orilla del río tratando de cruzar al mismo tiempo. Es necesario un plan para ir de aquí para allá. Por lo tanto, tomamos la decisión de cruzar el río en un punto en particular, en lugar, por ejemplo, de seguir buscando río arriba. El objetivo es llegar al otro lado dentro de un período de tiempo determinado y supervisar nuestro progreso a medida que avanzamos. Ya estamos comprometidos con un plan, esta es nuestra estrategia. La estrategia no detalla exactamente cómo vamos a llegar al otro lado.

A continuación, decidimos que vamos a utilizar piedras para crear un puente, en lugar de construir un barco para remar. Decisiones como qué tipo de piedras vamos a usar, dónde conseguirlas o quién será responsable de la construcción o de lo lejos que estarán colocadas son la táctica.

El aumento del nivel del río o el mal tiempo podría significar que debemos cambiar de táctica, pero la estrategia seguirá siendo la misma, hasta que [si acaso] definimos que no es la mejor manera de lograr nuestro objetivo. Entonces cambiamos de estrategia, pero esa es otra historia.

El mejor ejemplo de una estrategia que es posible encontrar en internet es la detallada por Jeff Bezos en su carta anual a los accionistas de Amazon en 1997. Cuando se puede lograr algo tan claro como lo que Jeff logra, sabremos que tenemos una estrategia.

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7 preguntas antes de asignar recursos de marketing

1. ¿Por qué debemos invertir en este canal o plataforma y por qué ahora?

2. ¿Cómo va a beneficiar a nuestra marca?

3. ¿Cómo va a beneficiar a nuestros clientes?

4. ¿Cómo podemos medir si está funcionando?

5. ¿Cuál es el costo de oportunidad de dedicar recursos aquí y no allá?

6. ¿Qué otras oportunidades existen para invertir en crecimiento deleitando a los clientes existentes?

7. Si esto es lo que hay que hacer, ¿cómo vamos a ser los mejores en el mundo haciéndolo?

¿Tienes un plan o tratarás con prueba-y-error?